Clasificación de las voces humanas - parte 1
Las voces humanas se clasifican en función de su altura. De la misma forma que los componentes de una familia instrumental (por ejemplo el violín, el contrabajo) suenan más grave o más agudo en función de su tamaño, en las voces humanas es también determinante el tamaño, concretamente el de las cuerdas vocales (aunque no es el único factor a tener en cuenta). Así, en general se puede decir que las personas con la laringe más larga (hombres) tienen voces más graves y las que tienen laringes más cortas (mujeres), voces más agudas.
Las voces más graves son al mismo tiempo más potentes, más "anchas"; de la
misma forma, las voces agudas son menos sonoras, más "finas". Esto se puede ver
bien en la pirámide de las voces.
La primera clasificación, y la más evidente, es la que divide las voces humanas
en voces de hombre y voces de mujer. Sobre esto, basta con pensar que los papeles
masculinos se les asigna a voces masculinas, y que los femeninos a voces femeninas,
aunque hay algunas excepciones: en ciertas épocas a algunos personajes masculinos
pero muy jóvenes -el paje de un rey por ejemplo- se les asignaban voces de mujeres,
aunque vestidos de hombre.
LAS VOCES FEMENINAS
Se clasifican en soprano, mezzosoprano y contralto, siendo la de soprano la más
aguda y la de contralto la más grave. Dentro de las sopranos hay varios tipos, pero
nosotros sólo estudiaremos los más comunes:
Soprano ligera: De una tesitura extraordinariamente aguda y por lo tanto muy
espectacular. Tiene gran facilidad para los pasajes de agilidades y por ello se le suelen
asignar papeles de personajes muy llamativos o con cualidades sobrehumanas como
por ejemplo La Reina de la Noche en La Flauta Mágica de Mozart, Rosina en Il
Barbiere de Sevilla de Rossini, o La muñeca en Los Cuentos de Hoffmann. Su sonido
agudísimo es perfecto para imitar trinos de pájaros o sonidos estridentes. Se parece
casi más a un instrumento que a una voz, así que termina por cansar si se oye durante
mucho tiempo seguido y por ello rara vez se le asignan papeles largos o protagonistas.
Soprano lírica: Es el tipo de voz femenina que más abunda en la naturaleza, y
por ello la más común entre las heroínas de ópera: La Traviata, La Boheme, Madame Butterfly... entre otras muchas. Su voz es de timbre dulce y tiene facilidad para
expresar las cualidades que tradicionalmente se han asignado a las mujeres: el amor
humano y el maternal, la dulzura, la comprensión, la resignación ante la fatalidad (todo
lo contrario a lo que es Carmen, encarnada por una mezzosoprano).
Soprano dramática: Si buscamos una heroína con una voz aguda y
temperamental al mismo tiempo ésta es nuestra elección. Su voz es muy difícil de
encontrar por que es un tipo físico no muy común: una mujer alta y usualmente fuerte
que sin embargo debe tener las cuerdas vocales lo bastante cortas para producir
sonidos agudos -el cuello corto-. Los ejemplos son característicos: La Walkiria, Venus,
Aida.
Mezzosoprano: A veces es difícil de distinguir de la anterior. La principal
diferencia es que la voz de mezzo tiene una tesitura más grave. Debe tener facilidad
para producir sonidos graves y con cuerpo. Usualmente representa papeles solemnes
(una Reina), o con mucho carácter (Carmen, la cigarrera de Bizet) o de mujeres
mayores de edad (la abuela, una sirviente de la Reina...) Las mezzosopranos de
calidad son muy escasas y solicitadas.
Contralto: El más difícil todavía. Su voz es muy grave y hay muy, muy pocas.
Las que hay suelen ser de raza negra o eslava, y los productores se las rifan. Se les
asignan papeles que sean conmovedores por su dramatismo (esta es la principal
característica de estas voces, su facilidad para conmover y su solemnidad). Un ejemplo
conocido es Azucena, la gitana de Il trovadore.
LAS VOCES MASCULINAS
Tenor: Habitualmente es el héroe, el protagonista (Alfredo en La Traviata; El
Conde en Il Barbiere; D. José en Carmen...). La voz del tenor es la más aguda dentro
de las masculinas: su tesitura alcanza hasta el famoso "do de pecho", y es por tanto la
más espectacular.
Barítono: El barítono posee una voz moderadamente grave, muy sonora, muy
ancha o densa. Sus papeles característicos son de personajes con tintes heroicos (D.
Carlo, Escamillo de Carmen..) o bien de avanzada edad (el padre de Alfredo en La
Traviata) o bien grotescos (Rigoletto, Fígaro en Il Barbiere...) o de gran carácter y a
medio camino entre lo admirable y lo despreciable (D. Juan en el Don Giovanni
mozartiano).
Bajo: Lo mismo que el barítono pero llevado al extremo: su voz es muy grave,
potentísima y de una densidad y solemnidad difíciles de olvidar cuando se oye un buen
bajo en directo (como sabéis, en los discos se pierde la mitad de la gama sonora
debido a la inevitable compresión de la gama dinámica). Se le da el papel a un bajo
cuando hay que representar un personaje especialmente solemne (Sarastro, el sumo
sacerdote de La Flauta Mágica o el rey Felipe II de D. Carlo, que es verdaderamente
conmovedor), o un clérigo -es decir, un cura- (D. Bartolo en Il Barbiere), o a un
personaje muy maligno (Mefistófeles, o Mefisto en el Fausto de Gounod).
(Fuente: Clasificación de las voces humanas, por: Dr. Rolando Lionel Martin Andolfi, Documentos de oratoria).
Artículo para más información:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar!Hola¡, creo que los contenidos están muy bien abordados, me parecen muy interesante y llamativo el tema tratado en esta entrada, desconocía el discernimiento de clasificación de la voz entre hombres y mujeres y que ademas fuera tan variada cada clasificación; ahora si bien tengo una idea más clara dentro de cual grupo me encuentro . !Gracias¡, excelentes datos.-Grupo: Motricidad orofacial
ResponderBorrar